Marco ético
El marco ético para la Terapia de Juego, unifica y reemplaza, a partir del 1 de mayo de 2010, el anterior Código Etico de Terapia de Juego. Es también aplicable a la investigación de terapia de juego, el uso de habilidades terapéuticas de juego y el manejo de la prestación de estos servicios dentro de organizaciones. La práctica de cada miembro de AETJ está prevista para estar guiada por este marco ético. Si como profesional, cliente o cuidadano/a considera que la AETJ debe intervenir o conocer algún caso donde un/a terapeuta de juego no cumpla el marco ético que a continuación se describe póngase en contacto mediante nuestro email: aeterapiadejuego@gmail.com
El marco está estrictamente basado en el Marco Ético de la British Association for Counselling and Psychotherapy adaptado y extendido para la AETJ. Al hacer uso de gran parte del texto del Marco Ético de BACP, AETJ reconoce la autoría y las propiedades de derecho de autor de BACP basadas en la Convención de Berna y agradece su ayuda y autorización.
El marco fue desarrollado en conjunto con PTI para fomentar el estándar unificado para la práctica en todos los países donde se aplique la terapia de juego, la Terapia de Arte Creativo y la Terapia Filial.
En esta declaración el término “profesional” es usado generalmente para referirse a cualquiera con responsabilidad para la provisión de terapia de juego y todas las terapias de arte creativo para niños y adolescentes hasta la edad de 16 años. “Profesional” incluye a cualquiera que asuma el rol de terapeuta, orientador, psicoterapeuta, formador, educador, supervisor, investigador, proveedor de habilidades de orientación o encargado de cualquiera de estos servicios.
El término “cliente” es usado como un término genérico para referirse a quien reciba cualquiera de estos servicios. El cliente puede ser un niño, pareja, familia, equipo, organización u otra unidad social identificable.
Los nombres alternativos pueden ser sustituidos por “profesional” y “cliente” en la práctica de acuerdo a la costumbre y al contexto.
El marco refleja esta diversidad ética considerando:
- Valores
- Principios
- Cualidades morales personales
Valores que forman principios.
Representan una forma clave de manifestar un compromiso ético general, el cual se define con mayor precisión y orienta su aplicación cuando se expresa como principio.
Los valores fundamentales para la terapia de juego tienen en cuenta un compromiso para:
- El respeto de los derechos humanos y la dignidad.
- Asegurar la integridad de las relaciones entre el profesional y el cliente.
- Aumentar la calidad de conocimiento profesional y su aplicación.
- Favorecer el desarrollo social y emocional de los clientes, ayudándolos a alcanzar su máximo potencial.
- Aliviar la angustia y el sufrimiento de las personas.
- Motivar a las personas con aquello que encuentren importante para sí mismos.
- Incrementar la efectividad personal.
- Aumentar la calidad de las relaciones entre niños, y entre niños y adultos.
- Apreciar la variedad de cultura y experiencia humana.
- Promover la necesidad de provisión equitativa y adecuada de Terapia de Juego, Terapia de Arte Creativo y Terapia Filial para los niños.
- Aplicar parámetros de calidad y seguimiento en los principios de conducta profesional en todo el trabajo terapéutico de forma responsable.
Introducción
Los principios destacan responsabilidades éticas clave. Cada uno se describe a continuación y va acompañado de ejemplos de buena práctica desarrollados en respuesta a dicho principio.
Las decisiones éticas respaldadas por uno o más de estos principios, sin contradecir a otros, pueden considerarse bien fundamentadas. Sin embargo, los profesionales pueden enfrentarse a situaciones en las que no sea posible conciliar todos los principios aplicables, lo que puede requerir priorizar uno sobre otro. Una decisión o acción no es necesariamente poco ética solo porque genere debate o porque otros profesionales lleguen a conclusiones distintas en circunstancias similares.
La obligación del profesional es considerar todas las circunstancias importantes con el mayor cuidado posible y ser responsable con las decisiones tomadas. El desafío de trabajar éticamente implica que los profesionales se enfrentarán inevitablemente a situaciones en las que deberán actuar con la competencia necesaria para cumplir con sus responsabilidades éticas. En tales situaciones es tentador retirarse de todo análisis ético a fin de escapar de una sensación de lo que puede parecer una tensión ética irresoluble. El marco está previsto para servir de asistencia en tales circunstancias, direccionando la atención a la variedad de factores éticos que pueden necesitar ser tomados en consideración y a las vías alternativas de aproximaciones éticas que pueden resultar más útiles.
Ningún principio ético puede eliminar completamente la dificultad de emitir juicios profesionales en situaciones cambiantes y marcadas por la incertidumbre. Al aceptar el marco ético, los miembros de la AETJ se comprometen a actuar con ética, incluso cuando ello implique tomar decisiones difíciles o actuar con valentía.
Fidelidad
Honrando la confianza depositada en el profesional.
La confianza es un pilar fundamental para comprender y abordar los dilemas éticos. Los profesionales que siguen este principio honran la confianza depositada en ellos, asumiendo la confidencialidad como una responsabilidad esencial. Por ello, limitan la divulgación de información confidencial del cliente exclusivamente a los fines para los que fue originalmente compartida.
Autonomía
Respeto hacia el derecho del cliente para ser autónomo.
Este principio enfatiza la importancia de reconocer en todo momento que el niño o joven es un individuo en su propio derecho y tiene la capacidad de facilitar su propia recuperación y desarrollo a través del proceso terapéutico. Aunque el uso de la terapia puede ser ordenado o pedido por un adulto responsable por el bienestar del joven, el profesional debe considerar los intereses del mismo como algo primordial.
Los profesionales que respetan la autonomía de sus clientes garantizan la fiabilidad de cualquier publicación o información previamente establecida en los servicios ofrecidos. Buscan obtener un consentimiento libremente otorgado y adecuadamente informado por parte del niño, o, en caso de que el niño no sea competente para dar su consentimiento válido, este será proporcionado por la persona legalmente responsable del menor.
El principio de autonomía se opone a la manipulación del cliente contra su voluntad, incluso para fines sociales benéficos.
Es necesario obtener un acuerdo explícito por adelantado sobre cualquier compromiso con el cliente, garantizando la protección de su privacidad y confidencialidad, especialmente en situaciones en las que el cliente imponga condiciones sobre el acceso a su información confidencial debido a sus preocupaciones sobre cómo se manejará.
Además, se debe informar al cliente o a la persona responsable del menor sobre posibles conflictos de interés de manera anticipada o tan pronto como dichos conflictos se hagan evidentes.
Beneficencia
Un compromiso para promover el bienestar del cliente.
El principio de beneficencia significa actuar en el mejor de los intereses del cliente basado en la evaluación profesional adecuada. Este dirige la atención a trabajar estrictamente entre nuestros límites de competencia y proveer servicios sobre las bases adecuadas de entrenamiento o experiencia.
Para garantizar que se protejan los intereses del cliente, es necesario realizar un monitoreo sistemático de la práctica y los resultados utilizando los mejores recursos disponibles.
Es importante el estudio y la reflexión sistemática que respalde la práctica.
La obligación para actuar en el mejor de los intereses de un cliente puede ser particularmente apropiado cuando se trabaja con clientes cuya capacidad para la autonomía es disminuida por su inmadurez, falta de entendimiento, extrema angustia, una seria alteración u otras limitaciones personales.
Supervisión
Hay una obligación de usar de forma regular la supervisión para mejorar la calidad del servicio prestado y poder comprometerse a actualizar las prácticas para continuar el desarrollo profesional.
Buena intencionalidad
Compromiso para evitar daño al cliente.
La buena intencionalidad implica: evitar lo sexual, lo económico, emocional o cualquier otra forma de explotación hacia el cliente, evitar la incompetencia o la negligencia; no proveer servicios cuando se es incapaz de hacerlo debido a la enfermedad, circunstancias personales o intoxicación.
El profesional tiene la responsabilidad ética de esforzarse para mitigar cualquier daño causado a un cliente aun cuando el daño es inevitable o no previsto. Tener un seguro apropiado puede ayudar en la indemnización o reparación.
El profesional tiene la responsabilidad ética de cuestionar, cuando sea pertinente, la incompetencia o mala práctica de otros, y de colaborar en investigaciones y/o decisiones relacionadas con la práctica profesional que estén dentro de su ámbito de competencia, evitando así poner en riesgo la reputación de la profesión.
Justicia
El tratamiento justo e imparcial de todos los clientes y la prestación de servicios adecuados.
El principio de justicia requiere ser justo y noble para todos los clientes y respetar su dignidad y sus derechos humanos. Dirige la atención a considerar de forma consciente cualquier requerimiento legal y obligaciones, y estar atento a conflictos potenciales entre obligaciones éticas y legales.
La justicia en la distribución de servicios implica la capacidad de garantizar imparcialidad tanto en la provisión de servicios a los clientes como en su asignación entre ellos. Un compromiso con la imparcialidad requiere reconocer y valorar las diferencias entre las personas, promover la igualdad de oportunidades y evitar cualquier forma de discriminación basada en las legítimas características sociales o personales de un individuo o grupo.
Los profesionales tienen el deber de esforzarse para asegurar una justa provisión de servicios terapéuticos, accesibles y apropiados a la necesidad de potenciales clientes.
Autorrespeto
Fomentando el conocimiento y cuidado para sí mismo.
El principio de autorrespeto significa que el profesional asume este principio correctamente por encima de todos los demás como un derecho personal. Esto incluye buscar asesoramiento psicológico o terapia y otras oportunidades para el desarrollo personal si es requerido.
Existe una responsabilidad ética de recurrir a la supervisión para recibir el apoyo adecuado y fomentar el desarrollo profesional y personal, así como de buscar formación continua y otras oportunidades para seguir avanzando en su crecimiento. Para evitar responsabilidades económicas derivadas del trabajo realizado, es fundamental contar con un seguro adecuado. El principio de dignidad promueve el compromiso con actividades que mejoren la vida y las relaciones, independientemente del contexto profesional.
Cualidades personales
Las cualidades personales del profesional son de suma importancia para los clientes. Muchas de las cualidades personales consideradas importantes en la provisión de servicios profesionales tienen un componente ético y moral y son consideradas por lo tanto como virtudes o buenas cualidades.
No es apropiado decir que todos los profesionales poseen estas cualidades personales ya que están relacionadas con el interés, el desarrollo personal y el compromiso profesional más que como una imposición de un requerimiento externo.
Las cualidades personales a las cuales los profesionales son fuertemente alentados a aspirar incluyen:
Empatía con los niños, adolescentes y sus personas a cargo: la habilidad de comunicar el entendimiento de la experiencia del cliente desde su propia perspectiva. “Persona a cargo” se usa genéricamente para incluir a cualquiera que cuide a un menor en cualquier momento e incluye por ejemplo a enfermeras/es, maestros y trabajadores sociales.
Sinceridad: un compromiso personal de ser congruente entre lo dicho y lo hecho.
Integridad: compromiso en ser moral en el trato con otros, franqueza personal, honestidad y coherencia.
Resiliencia: capacidad de recuperación: la capacidad de trabajar con la preocupación del cliente sin ser menoscabado personalmente.
Respeto: mostrar una estima apropiada a los demás y la comprensión hacia ellos mismos sin un trato condescendiente.
Humildad: la habilidad de evaluar de forma precisa y reconocer las fortalezas y debilidades de uno y mostrar esto a los clientes.
Competencia: el despliegue efectivo de las habilidades y conocimientos necesarios para hacer lo que es requerido dados los recursos disponibles.
Imparcialidad: la consistente aplicación de criterios apropiados para informar decisiones y acciones.
Sabiduría: poseer un juicio sano que dirija la práctica.
Coraje: la capacidad de actuar a pesar de conocer los miedos, riesgos e incertidumbre.
La AETJ está comprometida a preservar y fomentar la buena práctica. Esta orientación hacia los elementos esenciales de la buena práctica ha sido escrita para tener en cuenta los cambios en las circunstancias en las cuales la Terapia de Juego, la Terapia de Arte Creativo y la Terapia Filial están ahora siendo descritas; en particular:
- Cambios en el rango de temas y niveles de necesidad presentados por los clientes.
- Aumento en el desarrollo de habilidades para los profesionales, gracias a la disponibilidad de formación, apoyo y supervisión.
- La experiencia acumulada de los miembros de AETJ.
La diversidad de escenarios entre los que las terapias para niños y adolescentes son realizadas ha sido también cuidadosamente considerada. Estos servicios pueden ser provistos por:
-Un profesional trabajando solo.
-Uno o más profesionales trabajando simultáneamente para proveer un servicio sin una agencia u organización.
-Equipos multidisciplinares de especialistas.
-Equipos especializados de profesionales.
Todos los profesionales enfrentan el desafío de responder a la diversidad de clientes encontrando vías para trabajar efectivamente con ellos.
La buena calidad en la atención requiere de servicios competentes que cumplan con las necesidades de los clientes por los profesionales quienes estén debidamente apoyados y sean responsables.
Los profesionales deben considerar cuidadosamente las limitaciones de su trabajo y experiencia, y trabajar dentro de estos límites, haciendo uso del apoyo profesional disponible. Si el trabajo con los clientes requiere de la provisión de servicios adicionales operando en paralelo con la Terapia de Juego, la Terapia de Arte Creativo y la Terapia Filial, la disponibilidad de estos servicios deben ser tenidos en cuenta, ya que la ausencia de los mismos puede constituir una significante limitación.
Para una buena práctica se necesita aclarar y acordar los derechos y responsabilidades tanto del profesional como del cliente, persona a cargo de este o aquél legalmente responsable, el referente y el comisionado (proveedor de fondos del servicio) sobre determinados puntos de la relación profesional.
Múltiples situaciones pueden concurrir cuando el profesional tiene dos o más tipos de relaciones al mismo tiempo con el cliente, por ejemplo: cliente, persona a cargo y alumno, colega y supervisado. La existencia de una relación múltiple con un cliente rara vez es neutral y puede tener efectos significativos, tanto beneficiosos como perjudiciales, que no siempre son fácilmente predecibles. Por ello, los profesionales deben evaluar cuidadosamente las consecuencias de establecer múltiples relaciones con los clientes, para evitar causarles perjuicios y poder rendir cuentas tanto a los clientes como a los colegas por cualquier relación múltiple que se dé.
Los profesionales son alentados a mantener los registros de trabajo con sus clientes, salvo que existan razones suficientes para no guardar ningún registro. Los registros deben ser precisos; respetando clientes y colegas y protegiendo la divulgación no autorizada. Se debe informar de manera adecuada a los clientes y personas legalmente responsables de los mismos acerca de las implicaciones de cualquier posible procedimiento legal.
Protección de datos
Los profesionales deben tener en cuenta sus responsabilidades y los derechos de sus clientes en virtud de la legislación de la protección de datos y de cualquier otro requisito legal.
Los clientes tienen derecho a recibir servicios profesionales competentes que el profesional revisa periódicamente. Estas revisiones pueden llevarse a cabo en el momento oportuno, mediante acuerdo con los clientes, personas a cargo, supervisores o con otros profesionales que posean los conocimientos especializados pertinentes.
La calidad de los resultados de los servicios de terapia deberá, siempre que sea posible, ser supervisados por medio de medidas pre y post tratamiento apropiadas con la situación, edad emocional, condición del cliente y factores económicos.
La práctica de Terapia de Juego, la Terapia de Arte Creativo y la Terapia Filial dependen de ganar y honrar la confianza del cliente. Mantener la confianza requiere:
- Atención a la calidad de escucha y ofrecer respeto a los clientes.
- Medios culturalmente apropiados de comunicación que sean corteses y respeten la privacidad e intimidad.
- Respeto por la privacidad y la dignidad.
- Cuidado de la confidencialidad y el consentimiento del cliente.confidentiality.
Informar a los clientes
Los clientes y las personas a su cargo deben ser adecuadamente informados sobre la naturaleza de los servicios que se ofrecen. Los profesionales deben obtener el consentimiento de las personas a cargo o de las personas legalmente responsables del niño y respetar el derecho de elegir si continuar o retirarse de la terapia.
Consentimiento
Los profesionales deben asegurar que los servicios son realizados bajo el consentimiento explícito del cliente con un consentimiento informado firmado. Confiar en el consentimiento implícito es susceptible de malentendidos y no cumplen la legalidad. No respetar el deseo explícito del cliente constituye una violación ética que debe ser debidamente justificada. Los profesionales deben estar dispuestos a poder rendir cuentas a los clientes, personas a cargo, colegas y su equipo profesional, así como a la AETJ, sino se ha tomado en cuenta un deseo explícito del cliente
Consulta sobre el riesgo
Las consultas con supervisores o colegas experimentados son altamente recomendadas, siempre que esto no cause una pérdida de tiempo indebida.
Situaciones de riesgo
Las situaciones en las que los clientes representan un riesgo de daño grave para sí mismos o para otros son especialmente difíciles de manejar para el profesional. En estos casos, el profesional debe tener en cuenta la posibilidad de un conflicto de responsabilidades entre el bienestar del cliente, las personas que podrían verse afectadas y la sociedad en general. Puede ser necesario considerar el contexto en el que se brinda el servicio para gestionar adecuadamente estas responsabilidades en conflicto.
En todos los casos, el objetivo debe ser garantizar al cliente una buena calidad en la atención, que respete la capacidad del cliente para su autodeterminación y confianza hasta donde las circunstancias lo permitan.
Consideración especial al trabajar con niños/as
Trabajar con menores requiere de una conciencia y una competencia ética especializada. El profesional debe considerar y valorar el equilibrio entre la necesidad de dependencia del niño para con el adulto y sus personas a cargo, y su desarrollo progresivo para actuar independientemente.
El trabajo con niños y adolescentes exige obtener su consentimiento para acceder a los servicios, con independencia de la autorización de sus tutores legales o familiares. Asimismo, requiere una gestión ética y cuidadosa de la información confidencial que puedan revelar durante el proceso.
Confidencialidad
Respetar la confidencialidad del cliente es un requisito fundamental para mantener la confianza. Un manejo profesional de la confidencialidad tiene que ver con la protección de la identidad del cliente, así como de toda la información expresada que no está autorizada divulgar. La divulgación de información puede ser autorizada con el consentimiento del cliente o por la ley.
Los profesionales deben asumir la responsabilidad ética tanto ante sus clientes como ante su profesión en el manejo de la confidencialidad en general, y especialmente en relación con cualquier divulgación realizada sin el consentimiento del cliente. Cualquier divulgación debe ser hecha de la forma que mejor proteja al cliente.
Dar información a clientes o tutores
Los profesionales deben estar dispuestos a responder a la solicitud de informes que pueden hacer los clientes y sus tutores sobre la forma en la que están trabajando y sobre cualquier valoración que se haya realizado. Esta solicitud no se realizará si se considera que el proporcionar esta información puede ser perjudicial para el cliente o contradictorio con lo acordado previamente con el mismo. Los clientes y sus representantes legales tienen derecho, por ley, a recibir esta información y a que se les tenga en cuenta en el proceso.
Protección contra el abuso
Los profesionales no deben abusar de la confianza de sus clientes para obtener ventajas sexuales, emocionales, económicas y otro tipo de conveniencias personales. Están prohibidas las relaciones sexuales con los clientes o tutores. “Relaciones sexuales” se refiere a cualquier tipo de actividad o conductas sexuales. Los profesionales deben evaluar con cautela la posibilidad de iniciar una relación personal o laboral con antiguos clientes, sus tutores o representantes legales, y tener presente que asumirán responsabilidad profesional si dicha relación resulta perjudicial para el cliente o compromete la reputación de la profesión.
Intrusión de puntos de vista personales
Los profesionales no deben dejar que sus relaciones laborales con los clientes se vean afectadas por algún punto de vista personal que pueden tener sobre estilos de vida, género, edad, discapacidad, raza, orientación sexual, convicciones o cultura.
Compromisos
Los profesionales deben ser claros sobre su compromiso de estar disponibles para con los clientes y respetar este compromiso.
- Mejorar la calidad de las relaciones entre niños y niños y adultos.
- Apreciar la variedad de la experiencia y la cultura humanas.
- Promover la necesidad de la provisión equitativa y adecuada de la Terapia de Juego y el Terapia de Juego Filial para los niños.
- Aplicar conscientemente los principios de gestión de la calidad y gobernanza clínica en todos los trabajos terapéuticos.
Supervisión y administración
Los profesionales son quienes deben dejar claro quién será el responsable del trabajo con el cliente. Existe una obligación general de los supervisores, formadores y terapeutas de juego, terapeutas de arte creativo y terapeutas de terapia filial en recibir supervisión, independientemente de toda relación administrativa.
Los supervisores y administradores tienen la responsabilidad de mantener y realzar la buena práctica de los profesionales, para proteger a los clientes de la mala práctica y así mejorar las aptitudes, habilidades y conocimientos necesarios para su rol.
La AETJ se compromete a fomentar la investigación para informar y desarrollar prácticas eficaces. Los profesionales deben apoyar la investigación y participar activamente en tareas de investigación para proveer evidencias basadas en la práctica eficiente. Toda investigación debe ser hecha con rigurosa atención a la calidad e integridad tanto de la investigación misma como de la difusión de los resultados de la investigación.
Los derechos de los participantes en la investigación deben ser considerados cuidadosamente y protegidos. Los derechos fundamentales incluyen el derecho al consentimiento libre e informado, así como el derecho a retirarse en cualquier momento. Los individuos no deben ser identificados fuera del equipo de investigación, y su identificación solo debe realizarse con fines de verificación y validación.
Los métodos de investigación deben obedecer a los estándares de la buena práctica de los métodos de investigación y no deben afectar negativamente a los pacientes.
Los profesionales tienen la responsabilidad de monitorear y mantener su aptitud para la práctica en un nivel que permita un servicio efectivo. Si la efectividad se ve menoscabada por cualquier motivo, incluyendo la salud o circunstancias personales, deberían solicitar un consejo del supervisor, colegas experimentados y, si es necesario, retirarse de la práctica hasta que vuelva a tener la aptitud necesaria para la práctica. Además, se deben realizar observaciones cuidadosas y responsables respecto a los clientes que puedan haberse visto afectados, a fin de garantizar su bienestar y continuidad del cuidado.
Los profesionales deben responder pronto y apropiadamente ante cualquier queja recibida por sus clientes o tutores. La manera en que se gestione dicha queja será considerada por la AETJ en cualquier revisión o procedimiento relacionado.
Los profesionales deben preocuparse por remediar cualquier daño que pudieron causar a sus clientes y prevenir mayor perjuicio. La disculpa puede ser la respuesta apropiada.
Los profesionales deben discutir, con su supervisor, director u otro colega experimentado, las circunstancias en las que pudo haber perjudicado a su cliente, para poder asegurarse de que se tomaron las medidas adecuadas para mitigar cualquier daño y prevenir su repetición.
Se requiere que el profesional asegure que su trabajo esté adecuadamente cubierto por seguros de indemnización por responsabilidades profesionales. Si el profesional considera que ha actuado en base a la buena práctica, pero su cliente o persona a cargo no está de acuerdo, puede hacer uso de una resolución independiente al conflicto, por ejemplo: buscar una segunda opinión de un profesional, mediación, o conciliación cuando sea oportuno y apropiado.
Las personas a cargo y determinados clientes deben estar informados sobre la existencia del Procedimiento de Conducta Profesional de AETJ y sobre cualquier otro procedimiento disciplinario aplicable.
Si se requiere, el profesional debe informar a sus clientes, sus tutores y aquellos que son legalmente responsables sobre cómo pueden obtener mayor información concerniente a estos procedimientos.
El profesional tiene la responsabilidad de proteger a los clientes y tutores cuando tienen una buena razón para creer que otro practicante los esté poniendo en riesgo de algún daño. Deben plantear sus inquietudes con el profesional en cuestión en primer lugar, salvo que sea inapropiado. Si el problema no puede resolverse, deben revisar los motivos de su preocupación y la evidencia disponible que posean y, cuando sea apropiado, presentar sus inquietudes al director o cuerpo profesional.
Si no sabe qué es lo que debe hacer, deberá discutir sus preocupaciones con colegas experimentados, supervisor o elevar la cuestión pertinente a la AETJ. Todos los miembros de la AETJ comparten la responsabilidad de tomar parte del procedimiento de conducta profesional, sea como persona acusada o como proveedor de información relevante.
Proyectando una imagen positiva
El aumento de disponibilidad y desarrollo de la Terapia de Juego, significa que la mayoría de los practicantes tienen otros profesionales de la misma línea trabajando en su localidad, o con equipos multidisciplinarios.
La calidad de las interacciones entre los practicantes puede mejorar o disminuir las posibilidades que la Terapia de Juego ofrece para el desarrollo del potencial del niño.
Relaciones profesionales
Las relaciones profesionales deben llevarse a cabo con el espíritu de mutuo respeto. No es ético hacer público o implicar comentarios despectivos sobre otras organizaciones, métodos de enseñanza o sobre la profesionalidad de sus miembros, salvo que sean fundados con evidencias y el profesional esté dispuesto a justificarlos.
Los profesionales deben esforzarse por alcanzar una buena relación de trabajo y sistemas de comunicación que mejoran el servicio a los clientes en todo momento. Es esencial respetar a los miembros de otros cuerpos profesionales de trabajo en campos relacionados.
Los practicantes deben tratar a todos los colegas de manera equitativa y fomentar la igualdad de oportunidades. No deben permitir que las relaciones profesionales con otros colegas se vean perjudicadas por sus propios puntos de vista sobre el estilo de vida, género, edad, discapacidad, raza, orientación sexual, creencias o cultura. Es inaceptable y poco ético el discriminar a colegas sobre cualquiera de estos motivos. Los profesionales no deben quebrantar la relación de un colega con clientes o tutores, haciendo comentarios injustificados o insostenibles.
Toda comunicación entre colegas acerca de clientes debe ser hecha sobre bases profesionales y por lo tanto útiles, respetuosas y congruentes con el respeto de la confidencialidad declarado a los clientes.
Contexto
El practicante es responsable de conocer y tener en cuenta los diferentes protocolos, convenciones y costumbres que pueden pertenecer a distintos contextos de trabajo y culturas.
Creación y recepción de referencias
Todas las referencias de clientes a otros colegas y otros servicios deben discutirse con la persona responsable del menor y, de ser posible, por adelantado con el cliente. Debe obtenerse el consentimiento de la persona a cargo o legalmente responsable para hacer la referencia, así como para revelar información que acompañe a la misma.
Debe tomarse especial cuidado para asegurar que:
- El que recibe la referencia está capacitado para proporcionar el servicio requerido.
- Cualquier información confidencial revelada durante el proceso de referencia será protegida debidamente.
- La referencia será en beneficio del cliente.
Antes de aceptar la referencia, el profesional debe considerar cuidadosamente lo siguiente:
- Que la referencia sea apropiada.
- La probabilidad de que la referencia beneficie al cliente.
- La conveniencia del consentimiento de la persona a cargo/cliente para la referencia.
Cuando la referencia sea necesaria para salvaguardar la responsabilidad profesional del terapeuta en relación con su trabajo con el cliente, se considera apropiado proporcionar la referencia acompañada de un informe resumido del progreso. Dichos informes deben ser elaborados en colaboración con el cliente y sus responsables, y no deben realizarse en contra de su voluntad expresa.
Asegurar la honorabilidad de la práctica es importante tanto para aquellos afectados directamente como también para el prestigio de la profesión en su totalidad.
Proveer a los clientes de información adecuada
Los profesionales son responsables de aclarar los términos sobre los cuales se ofrecen sus servicios a la persona legalmente responsable del cliente incurriendo en cualquier obligación económica u otro costo predecible, así como responsabilidades.
Debe cuidarse especialmente la integridad en el momento de presentar calificaciones, acreditaciones y el prestigio del profesional. Toda información sobre los servicios debe ser fidedigna, precisa, y así evitar reclamos injustificables, para ser consecuente con el buen prestigio de la profesión.
Acuerdos financieros
Se requiere que los profesionales sean honestos, directos y responsables en todos los asuntos financieros relacionados con sus clientes y otras relaciones profesionales.
Conflicto de intereses
Los conflictos de intereses se deben evitar y siempre que se pueda, ser previstos en primera instancia y así evitar que surjan. Decidir cómo responder a los conflictos de intereses, la protección de los intereses del cliente y mantener la confianza del profesional debe ser primordial.
Cuidado de sí mismo como profesional
Poner atención en el bienestar del profesional es esencial para el perfeccionamiento de la buena práctica. Los profesionales tienen la responsabilidad de asegurar que su trabajo no se realice en detrimento de su bienestar y salud asegurándose de tomar las medidas necesarias para que su trabajo sea lo más seguro posible y buscar apoyo y servicios profesionales adecuados en función del incremento de las necesidades profesionales. Los profesionales tienen derecho a ser tratados con consideración y respeto, lo cual es consecuente con esta guía.