En la actualidad no hemos llegado todavía a entender todas las formas en que la química del cerebro se relaciona con las emociones y los pensamientos, pero una afirmación que es importante es decir que el estado de ánimo tiene efecto inmediato y directo en el estado del cuerpo. Somos una unidad entre mente y cuerpo y Milton Erickson confirmaba esta integración. Si el niño enfermo es consciente de su sufrimiento corporal y emocional pero tiene el apoyo necesario, entonces el mensaje que elabora en el transcurso del tratamiento terapéutico será que , y su sistema inmunológico trabajará para mantenerlo vivo, porque este es su deseo. De aquí que las dos grandes herramientas que nos brinda el enfoque ericksoniano para el trabajo con la mente y el cuerpo son las emociones y la imaginación. Son los dos canales con que podemos conseguir que la mente y el cuerpo se comuniquen entre sí. La imaginación canaliza la energía mental hacia la realización del resultado deseado, y cuando uno comienza a actuar con arreglo a su nueva idea de las cosas, creará nuevas oportunidades, tanto consciente como inconscientemente